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Vol 2. • Act XXVII -27- •「Overgrowth Level」







ACTO XXVII: EL DURO OLVIDO
<Acto número 27, volumen número 2>

La conversación había finalizado y los tres líderes despidieron a ambos con una ligera reverencia. Al salir, sus ojos se perdieron por las inmensidades del lugar: era un pasillo gigantesco de dos direcciones donde a cada 5 metros más o menos se ubicaba una puerta a algún tipo de instalación. Por más que miraba, no era capaz de encontrar el final del pasillo de madera.

Algunos pilares pequeños con un jarrón o cuadros en las paredes hacían que no quedara tan simple a pesar de que las lámparas de araña que colgaban del techo parecían muy caras en comparación al resto de pasillo.

Gaemi bufaba rascándose el estómago con un "¡ahhhhh! ¡estoy llena!" y un rostro de satisfacción pleno. No en vano se había comido 4 trozos de aquél rico pastel.

― "¿Por dónde será ahora?"

No hablaba en voz alta, no por miedo a que alguien les oyera y desmintieran su historia sobre la maldición. Así que usó la libreta de color amarillo que le habían entregado para hablar con Gaemi.

― ' ' ' ¿Por dónde hemos de ir...? Esos tres se han quedado en la habitación de atrás hablando. ' ' '

― ¿Ara? ¿Me lo preguntas a mí? ¿No eras tú el que seguía al grupo que nos custodiaba hasta aquí?

― ' ' ' ...¿Deberíamos entrar y preguntar por la salida? ' ' '

― Es posible.

Al llamar, no hubo respuesta. La puerta por la que habían salido ahora estaba cerrada, así que desistió de recibir respuesta al llamar varias veces sin éxito.

― ' ' ' Vayamos por aquí. ' ' '

Caminaron por el largo pasillo hacia la derecha usando la puerta por la que habían salido como referencia. Se oían varios golpes de espadas y gritos de instructores enseñando en los pisos inferiores, parece que cada piso tenía una función y estaba construido de tal forma que no era posible subir a los pisos superiores sin que un vertiginoso control registrara tus acciones.

Después de 5 minutos caminando por el pasillo, vieron unas enormes escaleras que ascendían en forma de caracol y, a su vez, otras que descendían en la parte izquierda. No le habían dicho a dónde ir ni qué hacer, así que tomaron las escaleras que dirigían sus pasos hacia las zonas inferiores.

Cuando llegaron al primer piso, podían ver cómo un montón de gente estaba delante de la recepción, unos observando el conflicto y otros parecían ser enviados de algún gremio para supervisar los daños y hacer cálculos sobre los costes de reparación. Muy en el fondo, Yun lamentó haber destrozado de tal forma las construcciones del Cuartel, pero se aliviaba pensando que "ellos lo empezaron, yo solo me defendí".

Moku, la recepcionista Nekomante estaba observando su anterior lugar de trabajo con un aire deprimido. Algunos caballeros le daban golpes en el hombro y soltaban frases como un "no se pudo evitar" o un "no se lo tengas en cuenta, no lo hizo con malas intenciones".

Gaemi por el momento permanecía digna, pero silenciosa siguiendo los pasos de Yun. Al acercarse un poco a la recepción, la mayoría de caballeros y algunos civiles miraron tajantemente al joven aprendiz de Héroe.

― "Esto es.... incómodo."

Caminó unos cuantos pasos acercándose directamente a Moku. El aire tenebroso que perseguía a Yun era imposible de borrar y muchos simplemente dejaron de apoyar anímicamente a Moku y al sonido de "hay que entrenar, vámonos" dejaban fríamente el lugar donde estaba el aprendiz.

*Tap tap tap tap* los pasos resonaban y el silencio poco a poco se hizo en toda la recepción. Moku miró de forma asesina a Yun y con una voz pastosa y seca sentenció "¿Qué es lo que quieres ahora?".

Yun escribió algo en una nota con tranquilidad. rasgó la página, dobló el papel y se lo dio a la recepcionista. La joven chica abrió el dobladillo de papel y empezó a leer para sus adentros, un fuerte sonido metálico revelaba que el joven aprendiz ahora estaba arrodillado sobre una de sus piernas y con la cabeza agachada.

El papel decía claramente lo siguiente:

― ' ' ' Lamento muchísimo el incidente. No es fácil tener que comunicarte mediante papeles. Las frías palabras jamás podrán expresar todo el perdón que mi humilde corazón tiene que devolver. Todo el daño que hoy ocasioné fue imperdonable y posiblemente los fantasmas de mis errores colapsarán las hazañas que puedan venir. Porque al final, los Héroes no llevan espadas ni escudos, llevan papeles en una recepción. ' ' '

La gente, que no fue capaz de leer esa nota, empezó a murmurar en voz alta al ver la acción del joven. Gaemi por su parte simplemente apartó la mirada con un "¡Humph!" mientras digna como siempre miraba a otra dirección. Ya habían hablado con anterioridad que no debían buscarse más enemigos y necesitaban la mayor cantidad de ayuda posible, así que sería un 'ejemplo' a seguir por el momento.

La chica arrugó el papel y lo guardó en uno de los bolsillos del traje. Cuando la gente empezó a murmurar cosas como "¿será que el héroe se está proponiendo..?" o "¡seguro que pasó algo entre ellos y ahora debe ir a la guerra...!". Yun oía aquellas cosas y por dentro pensaba que no podían ser más idiotas.

Moku movió las manos y al grito de "¡se está disculpando, solo se está disculpando, dejad de imaginar cosas!" y con la vergüenza de ser el foco de atención carraspeó restándole importancia al asunto.

― Está perdonado. Pero haced el favor de no buscar más peleas en nuestras instituciones o la próxima vez no tendré más remedio que detenerle con todas nuestras fuerzas.

Se levantó y preguntó con las notas dónde tendría que dirigirse o con quién hablar. La recepcionista ladeó la cabeza y se puso el dedo índice en la comisura del labio pensativa.

― Hummm... ¿Quizás podría dejar todo su equipamiento en uno de nuestros cofres de protección absoluta?

― ' ' ' Lamento indicar que me es imposible. Durante todos mis años de existencia, he impedido que la gente reconociera mi rostro. ' ' '

― "Maldita sea, ¿qué me invento ahora para esto? A pesar de que el color de mi pelo y algunos detalles cambien con mi título, ¡sigo siendo yo! ¡la cicatriz, mi cara...! ¡Maldita sea! Gaemi, por una vez, ayúdame..."

Como si le hubiera escuchado, Gaemi se interpuso entre él y Moku.

― Hiro-sama tuvo un duro trayecto durante todos estos años vagando en completa soledad. Aquellos que tenían un contacto personal con él acababan siendo fruto de la maldición que posee. Supongo que ya escuchaste de los demás acerca de su maldición.

― Ha... Sí, sí.

― Su corazón perteneció una vez a una hermosa dama. Yo estuve ahí, su cuerpo casi quedó irreconocible por las millares de explosiones de los dragones de tres cabezas que asaltaron su pueblo. Desde aquél día, se prometió que jamás dejaría que nadie viera su rostro. Su identidad, es algo que debe ser enterrado en un foso en una caja llena de cadenas.

― ¿P-por qué...?

― ¿Cómo se sentiría alguien si todos aquellos a los que una vez ha querido, ha apreciado, ¡incluso ha tenido en sus brazos! desaparecieran por culpa de una maldición? ¿Cómo destrozaría la mente de alguien ser errante durante cientos y cientos de años, condenado a ser olvidado por su propia fuerza para proteger a los demás de sí mismos?

El tono de Gaemi empezó como un relato, pero terminó siendo tan frío y sentenciante que Yun sufrió de escalofríos. Algo en esa historia le daba dolor de cabeza, como si siendo una invención espontánea hubiera sido más real que todo lo vivido hasta ahora.

― Hiro-sama es fuerte, pero su mente está corrompida por la maldición. No poder tocar a quien amas, no poder abrazar a la gente que aprecias. Sin hablar, siempre callado, solo y errante. Mirando hacia adelante por miedo de que, si miras hacia atrás, quieras lanzarte al vacío y terminar con todo solo para descubrir que no pasará nunca.

Moku, que empezó con una mirada seca y asesina empezó a relajar los músculos faciales y miró con algo de pena al joven aprendiz de Héroe, que miraba fijamente a la joven recepcionista. Claro está, esto no solo era para ella, si no que los demás, tanto caballeros como gente de gremios que estaban allí para ver los daños escuchaban haciendo como si no les importara.

― Escúchame bien: todos tenemos un corazón detrás de un duro caparazón. El olvido es duro, ¿podrías mirar a la persona que una vez te declaró su amor al rostro mientras su confundida faz te dice que no te conoce?

― ¿P-pero la maldición no mataba a la gente...?

― Y lo hace. El olvido es algo que Hiro-sama escoge. Yo llevo tantos años a su lado que prácticamente soy su voz. Escúchame, tanto tú como los que estáis aquí: no necesitamos la lástima de nadie, siempre hemos luchado solos para proteger a aquellos que nunca nos lo agradecerán. Y así seguiremos, silenciosos, tranquilos.

Con aquella sentencia, todos enmudecieron. Un ambiente depresivo ahora ocupaba el lugar y, los caballeros que se habían retirado y estaban esperando a Moku después de despreciar al joven cerraron los ojos y chasquearon la lengua en desprecio.

― Ahora, si no quieres nada más, nos iremos.

Gaemi volvió detrás del joven dándole un pequeño golpe en el hombro, haciendo resonar la parte metálica de la hombrera.

― Vámonos, Hiro-sama. Como siempre. No hay lugar para nosotros aquí.

La diosa, más digna que nunca, indicó con la mano a Yun que la siguiera. Su objetivo sería buscar algún lugar donde pasar la noche y regresar al día siguiente. Debido a que no tenía mucho dinero en el bolsillo después del accidente, la mente del joven empezó a maquinar dónde podrían alojarse de una forma económica. Clarísimamente, en la posada [Luz de Luna] no se le ocurría pisar, después de lo de hoy, no tenía el valor de mirar a Emi. Sus propias manos la habían dañado.

Sus pasos resonaron en el recinto mientras abandonaban el Cuartel. A los pocos segundos, el sonido común del lugar volvió a la normalidad aunque en su mayoría, era para hablar de la historia que les acababan de contar.

• • •

[MOKU]

¿Qué.... acaba de pasar? ¿Yo.... me siento culpable? ¿De qué? No he hecho nada malo, ese arrogante caballero de brillante armadura solo estaba buscando pelea y sobrenombre. Nadie en su sano juicio que quisiera ser tan sigiloso como cuenta habría montado semejante espectáculo. Todos están mirándome de reojo y hablando cosas, esto es genial, si mi vida no era lo suficientemente horrible ya, se suma ser la amiga del idiota de latón.

Es injusto decir que mi vida es horrible, realmente me tratan mejor que cuando llegué. El ser una chica démica levanta sospechas y asco en los demás caballeros. Por mucha ley que proteja a la gente de otros reinos, por dentro siguen siendo igual de arrogantes. Algunos caballeros han ido aceptándome con el tiempo, incluso poco a poco he podido comenzar a reír, pero desde que Emi llegó al cuartel, he sentido que realmente soy feliz.

Ella es como yo. Es una Dopplerganger, mejor dicho. Yo soy una Nekomante, somos distintas pero iguales en esencia: dos extranjeras en un mundo que odia a la gente diferente. Ella puede ocultar sus rasgos y así conseguir que la gente sospeche menos de su raza, realmente la envidio. Cuando la vi por primera vez, me mostró una sonrisa sincera y me tendió la mano de igual a igual...

Solo han sido unos pocos días desde que llegó, pero parece que la gente a su alrededor tiene esa aura de "¡esforcémonos al máximo!", yo también quiero sumarme a esa aura. La gente empezó a tratarme mucho mejor desde que Emi habla conmigo de forma casual. Hablamos del tiempo, sobre su padre y cómo le va en la posada, también hablamos un montón sobre una persona muy especial para ella.

Realmente tengo envidia. ¿Alguien especial, huh? ¿Seré yo alguna vez especial para alguien? Sé que soy especial para mucha gente, pero no de la misma forma en la que Emi explica sobre esta persona, este chico llamado Yun.

Lo describió como alguien alegre y sincero. Alguien que rompería el mismo cielo si eso significara que podría cumplir sus objetivos. Al principio pensé que era una actitud digna de egoísmo, hasta que me contó su sacrificio. Él dejó que Emi le acompañara en su misión y parece que perdió su vida en el proceso.

A pesar de que no me conoce de casi nada, varias noches quedamos en su habitación aquí en el Cuartel y pasamos largas noches explicándonos cosas sobre nuestra niñez, sueños y esperanzas. Hasta que un día me habló sobre este accidente. Sus lágrimas corrían como gotas de agua sobre un cristal mientras sollozaba repitiéndose cosas hirientes. Cosas como que si no hubiera sido tan cabezota, él seguiría vivo. Cosas como que si hubiera revelado su auténtica fuerza, quizás él aún estaría sonriéndole, a su lado.

Al final, la verdad es que ella está aquí, y él no. Allá donde quiera que esté, muchas gracias por su sacrificio. No me alegro de esta situación, pero él fue lo bastante capaz para poner su vida a la de sus compañeros y quizás ese momento de lucidez, salvó a Emi.

A pesar de que noche tras noche, sus lágrimas han ido a menos, sigue siendo doloroso ver esa expresión de autodesprecio que pone cuando hablamos del tema. ¿Es realmente posible que alguien sea capaz de cambiar el corazón de una persona en tan poco tiempo? El amor es algo misterioso y complicado, es la mayor fuerza que hay en este mundo y no habrán jamás hechizos suficientes para que se rompa esa magia.

Volviendo a la realidad...

Ese caballero parece irse. Cojo la nota que me ha dado y la palpo en el bolsillo derecho de mi uniforme de una pieza de recepcionista. He pasado tanto tiempo odiando a mi exterior que olvidé que hay gente que ha tenido momentos difíciles.

Quizás...

¿Esté equivocada?

No creo estarlo. Esa persona que ahora se ha ido ha herido a Emi. Si fuera una persona honrada, habría tenido la decencia de abandonar el combate al ver un herido. Sí, eso es. Al final, todas las ratas enseñan los dientes.

Camino por la recepción y giro hacia la derecha con el fin de coger las escaleras que hay al final del primer pasillo hacia el segundo piso. Allí está mi habitación. Es la más pequeña del Cuartel, pero por lo menos tiene una cama, un armario y una pequeña vela de cera. Suficiente para sobrevivir, teniendo en cuenta que no pago ni una moneda de cobre por vivir aquí.

Llego a mi habitación y escojo de mi armario un conjunto para cambiarme. Me habría gustado tomar un baño, pero mi turno aún no ha finalizado así que más tarde será. Quiero ver cómo está Emi, últimamente Leopold-sama ha sido más activo en intentar acercarse a ella. Me repugna como un valiente caballero como él intenta imponer su título para conseguir las metas.

Sí, al final todos son así.

Escojo un conjunto de falda y camisa de mangas largas. La falda azul llega hasta un poco más abajo de las rodillas con ciertos pliegues rosas al final. La camisa, sin embargo, es una simple de color blanco a botones con un bolsillo en la parte derecha del pecho, más o menos un poco por debajo del hombro. La ropa interior es un conjunto simple de color azul claro sin decoraciones, no puedo permitirme conjuntos muy caros, así que tengo ocho pares de ropa interior y tres conjuntos de ropa que voy rotando por días lavando el del día anterior.

Mi salario no me da para mucho más. La ropa Nekomante debe ser hecha a medida por la parte inferior debido a que necesitamos un espacio exacto para la cola.

Me enfundo en el conjunto de ropa rápidamente y dejo encima de la cama el anterior recién usado. Debido a que la zona de aseo debe estar llenísima ahora, lo lavaré por la noche antes de ir a dormir.

Emi está al final del pasillo en el segundo piso, justo dos habitaciones antes de llegar a las escaleras de caracol que da acceso a los distintos niveles del Cuartel. Corro hacia allí, quiero saber si Emi está bien, odiaría saber que está en peor estado que cuando Alaya-san la atendió.

Antes de llegar, a escasos metros de la puerta, oigo gritos enfadados de dos partes. Una voz masculina y la de Emi, que parecían discutir por algún asunto. Ralentizo mi velocidad mientras mis orejas se mueven ligeramente para oír con mayor precisión la conversación.

Oigo cosas como "¡ese hombre está muerto, olvídalo! ¡No podemos gastar más tiempo en jugar a los arqueólogos en esa mazmorra!" o "¡¿y tú qué sabes?!". Oigo también un golpe, pero no parece ser un golpe dado a alguien, más bien un golpe dado con el pie al suelo, ¿una pataleta?

A los pocos segundos, Leopold-sama sale con expresión muy enfadada dando un portazo y bajando rápidamente al piso inferior. Corro, corro muy rápido hacia la habitación de Emi y llamo ligeramente.

Un "¡¡LÁRGATE!!" me asusta y retrocedo dos pasos, con una voz débil indico que soy yo. Calma Emi, soy yo...

Abrí la puerta ligeramente sin su permiso, sé que si soy yo, no me detendrá. La encuentro ahí, mirando fijamente su mano como si no estuviera aquí.

― ¿Emi?

Digo con un hilo de voz. Tengo miedo de perder a Emi. Tengo miedo de que todo esto esté dirigiéndose a una espiral de la que nadie podrá salir. He oído que el tiempo lo cura todo. Mi familia tiene buena salud y están orgullosos de mí, mi hermano es un valiente soldado de las tropas démicas y es respetado por sus compañeros. No puedo llegar a entender el sufrimiento de perder a alguien.

Peor aún, no puedo llegar a entender el sufrimiento de la incertidumbre. Si estuviera... muerto, por lo menos su corazón tendría respuesta a sus oraciones. Pero... ¿y si no? ¿y si realmente esa persona sigue enterrada esperando ayuda...? el solo pensar en esa situación crea un nudo en mi estómago.

Emi parece que nota mi presencia. Mira fijamente mis ojos como si no supiera quién soy. A los pocos segundos, tuerce la boca y sus ojos cristalinos me verifican el momento.

En silencio la abrazo.

No puedo hacer más por ella.

Al final, esto es todo lo que puedo hacer...


¡Oyaho~!

Un capítulo así no creo que necesite comentario, disfrutadlo :)

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Vol 2. • Act XXVII -27- •「Overgrowth Level」 Vol 2. • Act XXVII -27- •「Overgrowth Level」 Reviewed by Irizu-san on 15:12 Rating: 5

1 comentario

¡Yahooo~☆! Agradezco mucho tu comentario~♡♡ Todos son leídos y contestados en menos de 1 día, Te-hee~☆ ♡♡

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